Ni muerta te dejan en paz



Hay algo terriblemente estúpido en la forma en la que los telediarios y la prensa nos relatan los casos de violencia doméstica. Lo habitual suele ser una concisa narración de los hechos -que suelen ser atroces y sanguinarios-, seguida de una frase que estoy casi seguro que todos ustedes habrán leído o escuchado más de una vez:


"Según informa la Subdelegación de Gobierno no existían antecedentes ni denuncias previas de malos tratos por parte de la mujer".


Cada vez que la escucho me pongo de los nervios y me apetece emprenderla a patadas con el televisor. Imaginen que un sacerdote católico abusa sexualmente de un niño (cosa que, por desgracia, ahora sabemos que ha ocurrido con una inusitada frecuencia) y que la prensa, al destaparse el asunto, dijera:

"Según informa la Subdelegación de Gobierno no existían antecedentes ni denuncias previas de abusos sexuales por parte del niño".

Estarán de acuerdo conmigo en que parece poco probable que a nadie en su sano juicio se le ocurra redactar semejante majadería. Entonces, ¿por qué si sucede ocurre eso con las mujeres que sufren violencia de género?

El problema es que lo entiendo: sé porqué ocurre y saberlo me pone todavía más nervioso. Para que ustedes también lo entiendan es preciso que conozcan un detalle de la casi siempre delirante mecánica de la burocracia administrativa. En todas las Delegaciones y Subdelegaciones de Gobierno y en las Comunidades Autónomas existen unidades (Institutos de la Mujer y otros entes análogos) que tienen asignadas funciones de prevención de la violencia de género. Cuando tiene lugar un episodio de este tipo lo primero que hacen los políticos nombrados a dedo que las regentan (sujetos que, en muchos casos, serían incapaces de contarse los dedos de una mano empleando el dedo índice de la otra) es recurrir a su gabinete de prensa y apresurarse a proclamar "que no existen denuncias previas"... para quitarse el muerto de encima (en este caso casi literalmente). En metalenguaje la frase quiere decir: bueno, vale, su marido la ha matado, si, pero que conste que nosotros no pudimos hacer nada al respecto porque ella nunca se había tomado la molestia de denunciar que él la maltrataba. 

Por inercia los periódicos y los telediarios repiten en todas sus crónicas de forma machacona e irreflexiva esta absurda frase que lo que hace -de forma sádica- es trasladar de forma implícita y sutil la responsabilidad a la víctima por no ser capaz de anticiparse y de denunciar al agresor antes de que éste tomara la no sabemos si meditada o impulsiva decisión de arrojarla por la ventana de un quinto piso.

El problema es el de siempre: el machismo cerril que atraviesa todos los estratos de una sociedad en la que más de doscientas mujeres han muerto por violencia de género en los últimos cuatro años. Ni más ni menos que más de 5 mujeres al mes. Incluso después de muerta, la víctima de violencia de género no se libra de una dosis adicional de culpa por no haber denunciado a su asesino. Sin embargo, a la mujer que muere después de unas cuantas denuncias tampoco le espera un destino mejor, porque lo que su caso proclama a los cuatros vientos es que su esfuerzo no ha servido de nada porque, pese a todo, el sistema no ha sido capaz de protegerla. Sea como sea -denuncie o no- la víctima siempre tiene las de perder. 

Si por cada político o periodista idiota me regalaran cien euros estaría de vacaciones todo lo que me queda de vida aunque viviera diez mil años. Y si por cada machista español me dieran otro tanto tendrían que cambiar la lista de los españoles más ricos para hacerme sitio. 

Ese es el nivel. 

PD. Como todo lo que no se remedia va a peor la frase en cuestión se va sofisticando en su perfidia:


Traducido: además de no denunciar tampoco había utilizado los "recursos públicos existentes para las víctimas de violencia machista". Desde luego, que mujer más poco considerada. Eso si, imagino que el autor intelectual de la susodicha frase (con toda seguridad un cretino con ínfulas literarias) se habrá quedado la mar de contento porque su éxito parece fuera de duda: cada vez la leo con mayor frecuencia. 

PD2. Reproduzco algunos datos escalofriantes de finales de 2015 que dan cuenta del alcance de esta auténtica pandemia social:


a) Más de 50.000 mujeres estaban monitorizadas por la Policía por el riesgo de que sus maltratadores suponían para ellas.

b) 756 hombres en España llevaban un brazalete de localización para maltratadores, de los más de 1.900 que se han activado a lo largo de la legislatura.

c) El teléfono de atención gratuita sobre violencia de género 016 ha registrado en octubre de 2015 la cifra más alta de llamadas desde que comenzó a funcionar en 2007. En concreto se registraron 8.454 comunicaciones sólo durante ese mes.


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