Los idiotas son peligrosos (sobre todo para los demás)


El efecto Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo rigurosamente descrito en una serie de experimentos publicados en The Journal of Personality and Social Psychology (1999) por David Dunning y Justing Kruger, profesores de la Universidad de Cornell (Nueva York, EEUU) según el cual las personas con menos conocimientos y habilidades tienden sistemáticamente a creer que saben mucho más de lo que saben y a considerarse más competentes que otras personas mucho mejor preparadas. Además, por si fuera poco, son incapaces de reconocer las habilidades de los demás.
¿Por qué sucede esto? Porque los ignorantes disponen de un mecanismo evolutivo de defensa, una especie de válvula de seguridad meta-cognitiva que les impide reconocer su propia incompetencia, seguramente porque ser conscientes de sus flaquezas debilitaría su autoconfianza y eso les colocaría en posición de desventaja evolutiva. 
En cambio, los individuos más competentes tienden a creer que los demás también lo son (excepto los catedráticos de universidad que, en un porcentaje superior al 90% se consideran superiores a sus colegas, lo que demuestra que en realidad no son tan listos como ellos mismo creen y tienen un ego bastante fuera de control).
Una variante de este fenómeno se puede observar en todos los colegios y universidades. Los mejores estudiantes tienden a ser bastante autocríticos con su rendimiento ("debería haber hecho un mejor examen, no me ha salido como esperaba"). Por el contrario, según la evidencia proporcionada por los estudios de Dunning y Kruger cuanto más inútil era el individuo más seguro estaba de que hacía las cosas bien, lo que significa que los ignorantes son, además de cretinos, terriblemente narcisistas. 
El peligro de los incompetentes radica en que no sólo llegan a conclusiones erróneas y toman decisiones desafortunadas, sino que su incompetencia les impide darse cuenta del peligro de lo que hacen y de que otros son capaces de hacer las cosas mejor que ellos. En este sentido el efecto Dunning-Kruger da la razón a un viejo aforismo de Charles Darwin: “La ignorancia engendra más confianza que el conocimiento”.
Llegado este momento creo necesario advertir que estoy seguro de que todos ustedes, amables lectores de esta entrada, se han sentido identificados, de forma automática, con el “grupo de los competentes”. Pero recuerden, aquellos de ustedes que sean realmente idiotas (que alguno habrá) no sólo serán incapaces de darse cuenta de que lo son, sino que estarán absolutamente convencidos de ser muy competentes, así que tengan cuidado… porque nunca se sabe…

PD. Daniel R. Ames y Lara K. Kammarath descubrieron que con la empatía y las habilidades sociales ocurre algo similiar: los individuos con menos capacidad para entender las emociones de los demás y con menores habilidades sociales son los que están más seguros de lo bien que funciona su empatía y su capacidad de socialización. Otros estudios ratifican estas conclusiones con el sentido del humor (cosa que más de uno habra notado cada vez que su cuñada/o insoportable aprovecha las celebraciones familiares para afirmar, con gran vehemencia, que tiene un gran sentido del humor). 
PD2. Hace algún tiempo cesaron a un individuo con el que tuve cierta relación laboral. A los pocos días me lo encontré por la calle y al susodicho, un completo inútil con carnet político y un abrazafarolas de cuidado, le faltó tiempo para confesarme que estaba muy molesto porque "si se empieza a cesar a los buenos gestores adónde iremos a ir a parar". Pues eso. 


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