Como tunear la crisis



Sé que tengo para con todos ustedes, apreciados lectores de este su blog, la obligación moral de enriquecerles puntualmente con chispazos de sabiduría. Por ello, en estos momentos de crisis, juzgo necesario coger el toro por los cuernos y afrontar la situación económica con medidas, que aunque pudieran parecer a primera vista algo crueles e inhumanas, resultan indispensables a poco que uno se pare a pensar las cosas con detenimiento.

Para combatir la crisis necesitaremos (ingredientes para una persona de tamaño medio):

* Un teléfono móvil

* Don de gentes

* Un block de notas

* Un bolígrafo Bic (puede ser “bic naranja” o “bic cristal”; no obstante es preciso tener en cuenta que el primero escribe fino, mientras que el segundo escribe normal)

* Un mechero

Paso 1.- Encienda su teléfono móvil y, tras haber introducido el pin correspondiente, póngase en contacto con el Concejal/a de su Ayuntamiento. Utilice su don de gentes para averiguar qué zona de suelo industrial puede ser recalificado como suelo urbanizable (donde se permitirá la construcción de edificios de treinta o más alturas). Tome nota en su block con el bolígrafo. Acto seguido, póngase en contacto con alguno de los propietarios de las naves industriales allí existentes. Concierte una cita.

(NOTA 1. Es posible que en su municipio ninguna de las zonas industriales esté pendiente de recalificación. En ese caso, deberá Vd. utilizar la vía del cohecho. No se preocupe si Vd. carece del dinero necesario para ello; este tema se tratará en los puntos 4 y 6).

Paso 2.- Una vez citado con el propietario (al que llamaremos Gervasio), y utilizando nuevamente su don de gentes, convénzalo para que forme con Vd. una sociedad anónima que se dedicará a la producción de bragas de esparto vírgen. Pese a su inicial reticencia, Vd. le persuadirá de que las prendas íntimas elaboradas con dicho material han sido recomendadas y subvencionadas por la Unión Europea a través de la Directiva 2008/334/CE, del Parlamento Europeo y el Consejo, de 31 de Febrero, por considerar que “el citado esparto es altamente biodegradable y respetuoso con el medio ambiente”.

Obvia decir que la mencionada Directiva no existe, que las bragas de esparto tienen menos salida en el mercado que un libro de fotos de partes de atrás de neveras y que Febrero sólo tiene 28 ó 29 días, según le dé.

Para que no se nos desinfle la operación, deberá Vd. potenciar aún más su don de gentes para conseguir que todas y cada una de las acciones de la sociedad estén única y exclusivamente a su nombre. Ante las probables reticencias del titular de la nave industrial, Vd. deberá convencerle de que es mejor a efectos fiscales que le ceda la propiedad de la misma totalmente. Para ello, firmen por duplicado un documento privado donde conste que, pese a lo que reflejen los documentos públicos, a su nuevo socio le corresponde el 50% de la empresa. Dígale que, por seguridad, Vd. guardará las dos copias del documento privado, y recuérdele que es conveniente que no comente a nadie de su entorno la operación iniciada. Acuerde con Gervasio el acudir al día siguiente para formalizar la operación de cesión de la nave industrial. Una vez se hayan despedido, queme los documentos con el mechero.

Paso 3.- Hechos los trámites notariales, acérquese a un barrio marginal de su ciudad de esos en los que se concentra (o se dispersa, según la hora del día) un buen número de desempleados. Súbase a una caja y, utilizando sus manos a modo de altavoz, haga saber al personal allí reunido que está buscando empleados para su nueva fábrica. Comente que, tras unas elementales pruebas de aptitud (consistente en hacer la O con un canuto y un boli Bic), los escogidos obtendrán un contrato indefinido con un salario mensual de 6.000 euros. Acto seguido, y tras dejar la dirección de la fábrica en un post-it sobre la caja, corra en dirección a su casa lo más rápido que pueda.

Paso 4.- Desplácese a Madrid y pida cita para hablar con los Ministros de Industria y Trabajo (suelen ser dos personas diferentes, de olor similar). Coménteles a ambos su innovadora idea. Convénzales de que, por un lado, la fábrica empleará a más de cinco mil trabajadores y que, por otro, el producto elaborado no sólo contribuirá a mejorar nuestro maltratado medio ambiente sino que será la envidia de la industría mundial.

Solicíteles una subvención. Si hasta ahora ha seguido los pasos descritos, no tendrá problema alguno para conseguir una ayuda estatal de 315.000.000 euros. Departa con ambos Ministros tras formalizar el acuerdo, con chanzas y chascarrillos varios sobre el lider de la oposición, tildándolo de “retrasado mental amuermado” -es opcional aludir a su difusa orientación sexual-. Ríase con más estruendo que ellos, al tiempo que les agarra el antebrazo. Abandone el Ministerio y lávese las manos cuidadosamente.

(NOTA 2. Como ve, ya ha conseguido Vd. el dinero necesario para sobornar al encargado/a de urbanismo de su Ayuntamiento. Reserve en otro plato parte del dinero para suscribir un seguro y otro para imprevistos varios, como la compra de un Masseratti, por ejemplo).

Paso 5.- Reúna a los aspirantes a los puestos de trabajo en la nave y contrate exclusivamente a ciudadanos extranjeros. Ponga como excusa ante los desempleados patrios que es precios acudir a trabajar los sábados y domingos en horarios coincidentes con la liga nacional de futbol y los martes y miércoles en horario de tarde-noche coincidente con las retransmisiones de la Champions League. Con toda seguridad los parados nacionales huirán despavoridos ante la idea de tener que perderse un Barça - Madrid o un Arsenal - Villarreal. Completada la plantilla, coménteles que tiene que ir a hacer unas gestiones vitales para el futuro de la empresa, y encárgueles que vayan recogiendo plantas silvestres y las almacenen en el interior de la nave. Váyase de cañas.

Paso 6.- Transcurridos veinte días, y con la nave industrial repleta de toneladas de masa vegetal diversa, acérquese de nuevo a la capital del reino y pida cita con los Ministros de Industria y Trabajo, solicitando que esta vez les acompañe el titular de la cartera de Hacienda. Reunidos los cuatro, plantéeles que el índice Nikei, las últimas variaciones bursátiles y la mala calidad de las últimas películas de Garci (como nadie las ve esto puede decirse sin riesgo) hacen peligrar seriamente el futuro de la empresa, por lo que para evitar su inminente quiebra es preciso que el Estado le conceda un credito extraordinario (o suplemento de crédito, que no hay que ser demasiado exigente y a ellos les va a dar igual) por importe de 100 millones de euros. Es opcional comentarles que conoce personalmente a Jiménez Losantos y que ya ha alquilados los autocares que llevarán a Madrid a los inmigrantes para concentrarse en señal de protesta frente a la Moncloa.

Ante el miedo a perder popularidad (o lo que es peor, ante el miedo a recibir una llamada de Maria Teresa Fernández de la Vega), los tres miembros del Gobierno se comprometerán a aprobar en Consejo de Ministros la concesión de una subvención a fondo perdido por importe de 75 millones de euros. No sea avaricioso y acepte la propuesta (si bien un mohín de disgusto nunca viene mal). Vuelva a criticar al líder de la oposición con su habutal ironía y salga del Ministerio. Ya puede dejar de contener la respiración.

Paso 7.- Recibidas las ayudas, convoque a todo el personal así como a Gervasio, su socio, en la fábrica. Previamente, Vd. habrá rociado las toneladas de esparto con gasolina y obstruido las salidas de emergencia. Aproveche ese momento para, nuevamente con el mechero, prenderle fuego a la nave.

Cobre el seguro y, una vez recalificado el solar, véndaselo al ayuntamiento para que construya viviendas de protección oficial.

NOTA 3. El motivo de contratar exclusivamente a inmigrantes reside en que sus familias no pondrán tantos problemas a la hora de que se investiguen las causas del siniestro. A la familia de Gervasio les puede Vd. decir que la última vez que lo vió iba en un descapotable rosa acompañado de un transexual mulato.

¿Ve como es fácil salir de la crisis económica? Sólo hace falta un poco de ingenio, bastante don de gentes y un mucho de hijoputez. Ah, y un mechero.

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