España - Serbia o lo que significa no tener ni puta idea de nada
Antecedentes de hecho: España empata con Serbia a falta de 25 segundos. Serbia realizará el último ataque. España, por su parte, tiene dos opciones:
a) Defender el ataque de Serbia.
b) Hacer personal.
El seleccionador español opta por defender. La cosa acaba mal: Teodosic mete un triple y perdemos.
Durante toda la tarde-noche he oído a sesudos analistas opinar sobre cuál de las dos opciones era mejor y la conclusión general es que, bueno, depende de la suerte.
El problema es que no es verdad. No depende de la suerte. Hay una opción que, es, se mire como se mire, mejor que la otra: la segunda (la que España no eligió).
Intentaré explicarlo:
a) Si se defiende el ataque serbio solo caben dos resultados posibles: empatar (si los serbios no consiguen anotar) y perder (si anotan). Digamos que 0,5 y 0,5 de probabilidad, siendo conservadores (en realidad la probablidad de anotar un lanzamiento está por encima del 50%, con lo que, correlativamente, la probabilidad de que España perdiera tomando esa opción era, en realidad, superior).
b) Si se opta por cometer falta personal la cosa cambia totalmente. Si se comete falta y, en el peor de los casos, Serbia anota los dos tiros libres España dispondrá de la oportunidad de ganar el partido (anotando un triple) o de empatarlo (vía tiros libres o canasta de dos puntos) y recordemos que la probabilidad de anotar sigue siendo superior a la de no hacerlo. Si Serbia no anota uno de los tiros libres -o ninguno de ellos- la probabilidad de victoria de España, es obvio, se incrementa aún más.
La ventaja de la segunda opción es que, haga lo que haga tu oponente, tu sigues teniendo posiblidadades reales de ganar el partido, mientras que en la primera si Serbia anotaba, como de hecho sucedió, ya no queda tiempo para nada (en los dos segundos restantes España no pudo ni lanzar a canasta).
Es triste que un seleccionador que cobra un pastón no se entere de algo tan elemental. De los periodistas ya ni hablo. Si los idiotas que opinan en los medios de comunicación tuvieran alas todos viviríamos en tinieblas.
a) Defender el ataque de Serbia.
b) Hacer personal.
El seleccionador español opta por defender. La cosa acaba mal: Teodosic mete un triple y perdemos.
Durante toda la tarde-noche he oído a sesudos analistas opinar sobre cuál de las dos opciones era mejor y la conclusión general es que, bueno, depende de la suerte.
El problema es que no es verdad. No depende de la suerte. Hay una opción que, es, se mire como se mire, mejor que la otra: la segunda (la que España no eligió).
Intentaré explicarlo:
a) Si se defiende el ataque serbio solo caben dos resultados posibles: empatar (si los serbios no consiguen anotar) y perder (si anotan). Digamos que 0,5 y 0,5 de probabilidad, siendo conservadores (en realidad la probablidad de anotar un lanzamiento está por encima del 50%, con lo que, correlativamente, la probabilidad de que España perdiera tomando esa opción era, en realidad, superior).
b) Si se opta por cometer falta personal la cosa cambia totalmente. Si se comete falta y, en el peor de los casos, Serbia anota los dos tiros libres España dispondrá de la oportunidad de ganar el partido (anotando un triple) o de empatarlo (vía tiros libres o canasta de dos puntos) y recordemos que la probabilidad de anotar sigue siendo superior a la de no hacerlo. Si Serbia no anota uno de los tiros libres -o ninguno de ellos- la probabilidad de victoria de España, es obvio, se incrementa aún más.
La ventaja de la segunda opción es que, haga lo que haga tu oponente, tu sigues teniendo posiblidadades reales de ganar el partido, mientras que en la primera si Serbia anotaba, como de hecho sucedió, ya no queda tiempo para nada (en los dos segundos restantes España no pudo ni lanzar a canasta).
Es triste que un seleccionador que cobra un pastón no se entere de algo tan elemental. De los periodistas ya ni hablo. Si los idiotas que opinan en los medios de comunicación tuvieran alas todos viviríamos en tinieblas.
La opción b se toma en un 98% de los casos en los que se da esa situación al final de un partido.
ResponderEliminarEl problema es que la democracia -que tiene muchas cosas buenas- tiende a propagar el relativismo moral e intelectual. El típico, bueno, eso es opinable o bueno, eso depende de lo que crea cada uno.
ResponderEliminarY sin embargo, es tan cierto como que el sol no gira alrededor de la tierra y que dos es más que uno, que el otro día nuestro seleccionador nacional de baloncesto se comportó como un perfecto cretino que, a día de hoy, ni siquiera ha reconocido su error. Y lo peor: que un montón de tontos le secundan.
Así va el país.