Canciones de desamor


Las historias de desamor son mucho más aprovechables que las de amor como material creativo. Esta fatigosa y repetida obviedad deriva del hecho de que la felicidad resulta, como estado, autoexplicativa: cuando la chica más guapa del colegio te declara su amor por medio de una escueta nota redactada a mano, depositada a escondidas en tu mochila y de caligrafía francamente mejorable lo que sientes es algo que no requiere metáforas, adjetivos, rimas asonantes ni ningún otro artefacto literario, porque todo eso sobra cuando están a punto de explotarte todos los órganos internos de pura felicidad.

En cambio de las tribulaciones del desamor -como epítome de las múltiples derrotas que iremos experimentando a lo largo de nuestra destartalada y casi siempre pretenciosa vida- nacen canciones estupendas como esta de la Zac Brown Band que a día de hoy es, conviene subrayarlo, la mejor banda de country con algunos cuerpos de ventaja sobre Lady Antebellum. No es casualidad, sin embargo, que las dos mejores canciones de ambos grupos (Goodbye in her eyes y I Need you know) sean, precisamente, dos canciones de desamor: la de una chica que empieza a mirar a otro y la de dos personas que, por alguna razón, no pueden estar juntas.

Con todo la reflexión no debe inducir a engaño. La misma mercancía que resulta ideal para el tráfico literario y/o musical resulta a menudo tóxica para la vida. Y como esto es justo lo que sucede en este caso es mi deber aconsejarles, con todo el énfasis que soy capaz de reunir a esta espesa hora de la noche, que procuren por todos los medios que les amen con locura y, ya que estamos, que si alguna vez se hallan en la tesitura de quedarse con la novia de otro o con el novio de otra o con ambos a la vez, puestos a elegir, hagan lo que les dicte su corazón, porque vida solo hay una y, no se engañen, los pesares del prójimo, por muy lastimosos que lleguen a ser, siempre nos pillan más a desmano que los propios y nos desvelan mucho menos. 

Sean felices y procuren que les quieran mucho. No hay nada más, ni en esta vida ni en ninguna otra de esas que todas las religiones se afanan en prometer para compensarnos de los muchos y muy variados pesares de esta.

PD. Ya que estamos, la canción más hermosa jamás escrita sobre un corazón roto es, muy probablemente, esta (Someone like you) interpretada por la incomparable y desgarradora voz de Adele:


PD2. Si esa canción no les conmueve es muy probable que ya sea tarde para ir al médico, así que sigan a lo suyo y no se preocupen demasiado.

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