Mi habitación
Cada vez que vuelvo a casa subo los dieciocho peldaños que conducen a mi habitación, camino hasta el final del pasillo, abro la puerta, entro y la observo despacio, en silencio, cuidadosamente, como si alguno de aquellos muebles con los que crecí estuviera a punto de revelarme algo importante. Luego me asomo a la ventana que da al río, me giro y la miro una vez mas, como si fuera la primera vez que la veo, como si pudiera regresar al tiempo en que era un niño y empezar de nuevo, como si tratara de encontrar una rendija por la que fuera posible escapar de aquel lugar y no regresar jamás.
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