5 días en Alemania

Día 1. Frankfurt. Una ciudad moderna e impersonal pero con un mercadillo navideño estupendo. Y con un aeropuerto y una estación de tren descomunales que la convierten en una buena puerta de entrada a Alemania.



Día 2. Coche de alquiler y en ruta hacia Heidelberg (unos 100 km.) Muy diferente a Frankfurt: pequeña, elegante, con una calle comercial llena de ambiente y un castillo medio derruido con una belleza singular. Ambiente navideño a tope. Sábado de compras y en ruta hacia Heilbronn para dormir (otros 120 km).




Día 3. Después de 150 kilómetros más...Rothenburg ob der Tauber. Una ciudad de cuento y que todo el mundo debería visitar al menos una vez en la vida, especialmente en Navidad. Y, para rematar, la famosa tienda de Navidad de Kate Wohlfhart, que es una maravilla en la que cualquier cosa diminuta vale por lo menos diez euros.





Por la tarde, 150 km. más y llegada a Bamberg, la Venecia alemana. Mi ciudad del mundo favorita a día de hoy (esta categoría está en permanente revisión). Una maravilla. Elegante y hermosa.





Día 4. 60 kilómetros y llegada Núremberg. Una ciudad grande y abigarrada, repleta de cosas que ver y la capital de los mercadillos navideños alemanes (y eso, tratándose de Alemania, créanme, es mucho decir).




Día 5. La noche anterior llegamos de nuevo a Frankfurt después de 200 kilómetros de autopista y decimos adiós al coche de alquiler. Subida en ascensor (ya no tengo edad para hacerlo a pata) a la Frankfurt Main Tower, visita a la Catedral, paseo por la calle Zeil (de compras) y último recorrido (y últimas salchichas, que a esas alturas empiezan a saturar) por el mercadillo del Romer. Por la tarde tren hasta el aeropuerto, enlace de la Terminal 1 a la 2, avión hasta Barcelona y coche hasta Lleida. A las doce y media de la noche en casa después de 5 días de viaje y más de setecientos kilómetros recorridos por Alemania.

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