A Belén pastores

Adoración de los Pastores (Murillo)

Incluso a mi, que soy ateo, me conmueve este cuadro de Murillo por su sobriedad y su serena elegancia. No es raro que sea así, porque lo contrario (negar el valor de la obra por su temática religiosa) sería confundir la velocidad con el tocino y yo el tocino, como buen asturiano, lo reservo para la fabada. 

Por lo demás diré que a mi modesto entender su autor, el sevillano Bartolomé Esteban Murillo, el menor de catorce hermanos (ahí queda eso) era y es un autentico genio. Un genio que si se llamara Wartolomius Boecius o Giacomo Girlandini gozaría de una consideración muy superior a la que recibe, pero eso tiene que ver con esa tendencia tan hispana a la autoflagelación y daría para una entrada mucho más larga para la que no tengo tiempo en vísperas de un día laborable. Y que cuando me encuentro con sus cuadros en la National Gallery de Londres me siento, por una vez y sin que sirva de precedente, orgulloso de tener un compatriota que pintaba como los ángeles (si es que los ángeles existen, cosa que dudo mucho y si es que, existiendo, se dedican a pintar, cosa que, pensándolo bien, tampoco tendría mucho sentido). 



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