Iniesta





Hoy he visto por televisión el último Barcelona-Madrid de Andrés Iniesta. Para los aficionados del Barcelona, que traíamos apiñadas las lágrimas en los bolsillos después de innumerables años de sufrimiento y derrotas lacerantes, Messi, Iniesta, Puyol, Busquets, Piqué, Samuel Etoo, Victor Valdés y unos cuantos de sus compañeros estarán siempre asociados en nuestra memoria a un tiempo en el que el fútbol nos hizo felices y en el que, a ratos, hasta parecimos invencibles.

Hay cosas que con toda probabilidad serán mejores en el futuro y cosas que, sin embargo, ya no volverán a ser lo que fueron. A pesar de mi optimismo innato tengo la sensación de que, en lo que al fútbol se refiere, por desgracia, hay más de lo segundo que de lo primero. 

Esa certeza me apena un poco, pero, por otra parte, me consuela pensar que goles como el de Iniesta en Sudáfrica con la Selección, el de Stamford Bridge y algunos otros pertenecerán al estricto catálogo de cosas que me llevaré conmigo a la tumba porque la felicidad -en el fútbol, en el amor y en la lucha grecorromana- es más escasa y más efímera de lo que nos gustaría y por eso los momentos que resplandecen deberían enroscarse en nuestra alma como el primer viento del otoño y quedarse con nosotros para siempre. 

Gracias Andrés, hasta siempre. 

PD. Lo que siempre definirá a Andrés como futbolista no son sus goles -pocos- sino la certeza invencible de que si tu le tirabas la pelota él era capaz de detener el tiempo y de hacerse con ella incluso en medio de una jauría de perros rabiosos. En un fútbol de presión alta, pocos espacios y atletas de 1,90 de estatura que se despliegan como guardias pretorianos, lo que Iniesta hacía con el balón era algo que atentaba contra todas las leyes de la probabilidad y a menudo casi indistinguible de un milagro. 

Comentarios

  1. Las habilidades personales de Iniesta son muy sólidas, capaz de distribuir el balón razonablemente observando y captando la situación en el campo en cualquier momento, ordenando al equipo que lance ataques ya sea por el centro o por la banda; su pase largo también es bastante certero, Is un arma para que el equipo lance un ataque rápido;
    Al mismo tiempo, aunque su condición física no es sobresaliente, incluso un poco delgada, tiene una buena conciencia defensiva, a menudo a través de una buena capacidad de anticipación para bloquear la ofensiva del oponente. Gracias por su aportación a Barcelona.

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