Amor e inteligencia


Decía Chaplin en "El gran dictador" que "nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos. Nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos demasiado y sentimos muy poco. Más que máquinas, necesitamos humanidad. Más que inteligencia, tener bondad y dulzura. Sin estas cualidades se perderá todo."

En el amor nos sucede lo mismo. Ahora, todo es miedo y cálculo. Esperamos que el otro se tire al río antes de echarnos nosotros al agua y si por lo que sea las cosas no salen como nos gustaría nos frustramos y ponemos pies en polvorosa como el Coyote de los dibujos animados. Todo porque tenemos miedo miedo a volver a sufrir. Y muy probablemente miedo a estar vivos de verdad. 

Nuestro trabajo debería ser rellenar cada te quiero de una buena dosis de inteligencia, bondad y dulzura. Reconocer que tenemos miedo porque todos somos frágiles y abrazarnos más fuerte para exorcizarlo. Y sobre, todo, más que ninguna otra cosa, ser fieles a lo que el fondo de nuestro corazón nos grita que es nuestro destino.

Con eso, sobra. 



Un texto de Carlos Ruíz Zafón


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