Punto y final

Empecé este blog hace muchos años, un lejanísimo 31 de octubre de 2006, sin saber muy bien cómo ni porqué, pero, eso sí, con un poema de Ada Salas, lo que no deja de ser toda una declaración de intenciones. Y para un sujeto como yo, con una lacerante tendencia a la dispersión, esta experiencia de nada menos que quince años ha durado mucho más de lo que yo mismo habría imaginado que lo haría aquella noche.

Antes de este último ha habido otros largos periodos de ausencia pero, ahora, por primera vez, siento que cierta etapa de mi vida ha acabado y este blog, como símbolo de ella, también llega a su fin.

Me gustaría dar las gracias a todos los que alguna vez me han leído y a todas las personas que han formado parte, desde más cerca o en la distancia, de esta modesta experiencia. 

Acabo con un poema que publiqué en una de las primeras entradas. Un poema que a mi juicio resume bien todas las preocupaciones de las que he ido dado cuenta noche a noche: la fugacidad de la vida, los muchos seres que habitan dentro de nosotros, la necesidad de volver a intentarlo y, en fin, cierta mirada melancólica y optimista de la vida con la que no me siento nada mal representado.

Sean felices!










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