Mis favoritos: M. Night Shyamalan

Las cosas que nos pasan, nuestras pequeñas decisiones y renuncias ¿son puro azar o hay un orden invisible? ¿Hay algo real más allá de la realidad? ¿Vivimos una ficción? ¿Estamos solos? ¿Existe algo llamado destino? Estas son algunas de las incógnitas que M. Night Shyamalan subraya con cada una de sus películas. Los marcianos trazadores de señales, los fantasmas que un niño intuye en noches de tormenta o los universos paralelos habitados por hadas y monstruos son una forma de expresar -con diferente acierto cinematográfico- que hay personas -como el salteador Neo- que de una forma u otra presienten que el mundo que vivimos es demasiado estrecho y que por fuerza ha de haber algo que se nos escapa. Naturalmente, puede que únicamente se trate de ficciones producto de una imaginación excitada por las grasas hidrogenadas, pero soy de los que todavía se consuelan con la esperanza de que tiene que haber algo más que un relojero ciego que lanza los dados al azar una y otra vez.


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