Cosas que perdimos en el fuego




Mi vida, es,  contemplada en perspectiva, como ese árbol que has plantado demasiado cerca de casa.
Al principio no parece haber ningún problema. Pero un día, con el primer viento del invierno, las ramas comenzarán a azotar los cristales del salón.
Y entonces no tendrás más remedio que elegir.


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