Reir por no llorar



Reproduzco por su interés un comentario publicado ayer por un lector de Libertad Digital en relación con una noticia de ese diario en la que, aprovechando que, como todo el mundo sabe, el Ebro pasa por Avilés, se atizaba sin compasión a Pilar Manjón, la presidenta de la asociación de víctimas del 11M, por filosocialista y roja en general:

"Pilar Manjón no es una víctima del terrorismo, es una beneficiaria del terrorismo la única victima es su hijo.

Esta señora a mí no me inspira lástima, solo una enorme repugnancia, moralmente es cómplice de los asesinos, da la cara por ellos, su labor es parecida a la de los sicarios, estos matan fisicamente a las víctimas, y la señora Manjon remata moralmente a sus familiares.

Espero que algún día esta escoria socialista pague por lo que ha hecho, incluida la señora Manjón."

Esta es la ultraderecha que tenemos. La misma que está convencida de que el PSOE organizó el 11M y de que en los ratos libres conspira con los terroristas de ETA para acabar con el Estado y constituir una especie de república socialista soviética en la que algún líder en la sombra -no descarten a Pepiño Blanco como candidato- se hará con las riendas del gobierno y obligará a abortar a las quinceañeras sin consentimiento paterno.

No nos engañemos, son unos cuantos millones, están entre nosotros y votan como un solo hombre al Partido Popular que, a su vez, para congraciarse con ellos, se ha mostrado la mar de raudo y veloz a la hora de reabrir la causa del 11M, prolongando así un peripatético episodio que empezó con las estúpidas aventuras de Aznar con los zapatos encima de la mesa y que acabó como acabó para desgracia de todos.

PD. Ya sé que el PP no es sólo eso: pero también es eso y conviene subrayarlo ahora que gobierna en todas partes y todo el mundo le rinde, con esa propensión tan latina y enfermiza, completa pleitesía: no tanto por lo que es como por haber ganado en una cultura en la que ganar lo es todo.

PD2. Quedan en España unos cuantos periodicos muy a la derecha: ABC, La Razón, el de Libertad Digital, que no sé cómo se llama ni me importa; otros cuantos bastante de derechas -El Mundo, La Vanguardia- y, al borde del páramo, un par de centro o, con mucho optimismo, de centro izquierda -El País y el Periódico de Cataluña-. Para mear y no echar gota, vamos.




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