Menuda banda

 
 
Es noticia hoy en la prensa que nuestros parlamentarios tienen tendencia a perder sus Ipads. Los Ipads que el Congreso de los Diputados les paga, quiero decir. Me refiero, claro está, a los Ipads que pagamos todos nosotros, los sufridos y cada vez más desempleados ciudadanos.
 
Son gente olvidadiza, a lo que se ve, estos muchachos. Y por lo que parece se trata de una enfermedad bastante extendida, que no sólo afecta a los parlamentarios, porque los numerosísimos mequetrefes que todos los partidos colocaban (y siguen colocando) a dedo en los órganos de gobierno de las Cajas de Ahorros, ahora, cuando tienen que acudir a los juzgados para ser interrogados acerca de sus posibles responsabilidades en los fraudes, desmanes y desastres de las Cajas, salen por peteneras alegando, con una pasmosa unanimidad que, en realidad, ellos no sabían nada de finanzas ni de balances y que por eso mismo no se enteraban de nada.
 
Y, así sin enterarse, cobraban sus descomunales retribuciones y/o indemnizaciones. Retribuciones e indemnizaciones que, por supuesto, también les pagamos nosotros. Y ellos, claro, las cobraban sin querer, por puro descuido.
 
Comienzo a percibir que hay una lógica subyacente en todo esto: unos, pocos, se lo llevan crudo. Y otros pagan. Los primeros dicen representar a los segundos y los segundos, contra toda evidencia, se lo creen, aceptan con resignación los cuernos y pagan la cama.
 
A ver si nos despertamos de una vez.
 
PD. Cada día es más imprescindible el programa de Jordi Ébole de los domingos noche en la Sexta.
 
PD2. No es cierto que todos los políticos sean unos inútiles. Hay muchos que no lo son, pero, por desgracia, casi nunca son españoles.

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