Todo pasa... o casi
“El tiempo acaba
siempre borrando las heridas. El tiempo es una lluvia paciente y amarilla que
apaga poco a poco los fuegos más violentos. Pero hay hogueras que arden bajo la
tierra, grietas de la memoria tan secas y profundas que ni siquiera el diluvio de
la muerte bastaría tal vez para borrarlas. Uno trata de acostumbrarse a
convivir con ellas, amontona silencios y óxido encima del recuerdo y, cuando
cree que ya todo lo ha olvidado, basta una simple carta, una fotografía, para
que salte en mil pedazos la lámina del hielo del olvido”
Julio Llamazares, "La lluvia Amarilla"
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