La lista



En la guerra y en cualquier conflicto social, por debajo de las inevitables discrepancias y de las discusiones más o menos mortecinas en las que todo el mundo acaba razonando en lentas espirales que giran y giran sobre si mismas y no conducen a ninguna parte, conviene recodar que, al final, sólo hay dos tipos de personas: las que, si tuvieran ocasión de hacerlo, siempre encontrarían un motivo para incluir tu nombre en la lista de viajeros que acabarán recorriendo, gratis pero contra su voluntad, las vastas planicies de Polonia en un tren con destino final (nunca mejor dicho) en un campo de concentración y las que, aun no estando de acuerdo contigo en casi nada y discrepando de ti en casi todo, sabes a ciencia cierta que no lo harían. Y digo que conviene recordarlo, porque esa distinción, al final, más allá del ruido y de la furia de la actualidad y los telediarios, es la única que cuenta.



Carta de un oficial de la Gestapo (Patrick Modiano, Dora Bruder).

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