Lo mejor del 2020


Γιώργος Μαζωνάκης - Διανυκτερεύω 

Como cada año por estas fechas llega el momento de elegir la canción del año y para este año malicioso que parece dispuesto a morir como ha vivido -lanzando cornadas- no se me ocurre mejor canción que Dianykterévo (Parada nocturna) de Giorgios Mazonakis, que parece salida de un prodigioso universo alternativo en el que la gente aún se enamora, viaja en avión, deambula sin mascarilla y sopla las tartas de cumpleaños antes de comérselas.

El premio a la mejor película del año se lo lleva la impresionante Comanchería (Hell or High Water). Alguien puede alegar, no sin razón, que no es posible que la mejor película del año 2020 sea de 2016. La explicación radica en que la principal ventaja de ser propietario de un blog no es, como muchos creen, el formidable carisma sexual que ello proporciona a su autor frente a una fervorosa constelación de divorciadas con aspiraciones intelectuales y ciertas carencias afectivas, sino la facultad de otorgar premios, promesas y recompensas con total arbitrariedad y sin tener que someterse a las reglas ni convenciones de ninguna academia ni comité, instituciones que, como todo el mundo sabe, han sido creadas por el demonio para confundir a los seres humanos. Además por su interpretación Ben Foster y Chris Pine se merecerían un Oscar para cada uno del tamaño de la Estatua de la Libertad y no he escuchado a nadie protestar porque no fueran ni nominados en la ceremonia de 2017 (sí lo fue -algo es algo- Jeff Bridges, como mejor actor de reparto).


Y el premio a la mejor serie es para "El Visitante" (The Outsider), de HBO, que genera un miedo sin sustos, difuso e intrigante, como esas historias sobre esa sinuosa criatura llamada el Coco que nos contaban de niños para que nos fuéramos a dormir, lo que demuestra, por cierto, que nuestros padres de empatía andaban bastante justos, porque no estoy muy seguro de que sea buena idea amenazar a un niño con el advenimiento de una maligna presencia paranormal para que se vaya a dormir a la oscura soledad de su habitación. Los que la hayan visto sabrán que esta referencia al Coco, además, no tiene nada de casual en El Visitante. 


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