Manipulación emocional




Las personas que han sido objeto de manipulación emocional al cabo del tiempo suelen recibir mensajes de sus ex-parejas, ese tipo de individuos que no tienen problema en irse cuando les parece pero que, de cuando en cuando, necesitan hacer una excursión por tu vida. Son mensajes llenos de "sentimientos" del tipo: te quiero, no he podido olvidarte, te echo de menos. 

El objetivo de esas comunicaciones no es otro que desencadenar una respuesta emocional por parte del receptor que anule su capacidad de discernimiento y que permita al agresor restablecer el contacto sentimental con su víctima. Lo que viene después no hace falta explicarlo. 

Lo que tienen en común esos mensajes es que son mensajes absolutamente vacíos de contenido. Te quiero o te echo de menos no son más que la expresión subjetiva de un sentimiento. No tienen ningún contenido informativo (no añaden nada) ni llevan consigo la voluntad de que las cosas sean diferentes en forma alguna. Al contrario, el objetivo de esos mensajes es que todo vuelva a ser como antes.

Lo que una persona adulta necesita no es que la quieran, sino algo muy distinto, que la quieran bien y que ese afecto satisfaga sus necesidades. Si una persona te quiere pero no está dispuesta a compartir su vida contigo o a dedicarte el tiempo que necesitas ese afecto tiene el peso exacto de la nada. Es inútil, está vacío y sólo te hará daño. 

En esas situaciones ocurre algo paradójico. Si el agraviado se queja, reclama sus derechos y ante la falta de respuesta acaba por alejarse del manipulador este aprovechará para afirmar, además, que la víctima es un inmaduro emocional o un cobarde y usará esas huidas para reafirmarse en su posición: yo no te puedo dar la relación que me pides porque no me das la confianza suficiente. Quizás en un futuro... quien sabe. Quizás. 

Es un círculo vicioso de manipulación emocional y egoísmo que sólo aspira a perpetuarse con vagas apelaciones románticas: nunca encontrarás a una persona con la que tengas la conexión que tienes conmigo y otras idealizaciones melodramáticas cuyo único objetivo es manipular a la víctima. Yo no te voy a dar lo que quieres porque no tengo la menor intención de hacerlo, pero, eso sí, trataré de conseguir lo que yo quiero: que todo siga igual, que de vez en cuando me rasquen cuando me pique y todos tan contentos.

Las personas que ejecutan estos sutiles ejercicios de manipulación son, a menudo, personas que han sufrido en el pasado y que han quedado tan marcadas que son incapaces de establecer relaciones de verdad. Necesitan afecto pero a un nivel muy superficial: si se aburren o están solas. En cambio, si están rodeadas de amigos o de viaje no tienen inconveniente en desvanecerse. En realidad no te necesitan ni te quieren de verdad, sólo te eligen para llenar sus vacíos y por eso su amor es como una pequeña nube de verano que se desliza caprichosamente por el cielo.

Detectarlo cuesta porque se trata de individuos que se han especializado en dar una de cal y una de arena. Pero, al final, nunca hay la misma cantidad de cal que de arena. 

Y el corazón lo nota mucho antes que la cabeza. 

Comentarios