Fidel Castro y la fábrica de refugiados
Cuando Fidel llega al infierno lo recibe Satanás en persona y le dice:
-¡Hola Fidel! Te estaba esperando, pasa que acá estarás como en casa.
Fidel le responde:
-Gracias Satanás, pero me enviaron por error las maletas al cielo y tengo que ir a buscarlas allá.
-No te preocupes, replica Satanás, que ya mismo mando a dos díablitos a recoger tus cosas.
Los díablitos se acercan a las puertas del cielo, pero las encuentran cerradas porque San Pedro estaba almorzando.
-No importa, le dice uno al otro. Trepamos por encima de la puerta y sacamos las maletas sin molestar a nadie.
Cuando están en plena escalada dos angelitos que pasaban por allí los ven y uno le dice al otro:
-Mira chico, no hace ni diez minutos que Fidel está en el infierno y ya tenemos refugiados.
PD. Dedicado a todos los que intentan huir de una dictadura que, si no fuera tan tétrica, canalla y pertinaz, parecería una broma.
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