Ay Arenas...

Como si fuera poco con la que está cayendo con la crisis resulta que ahora en España hay una nueva pandemia... de hipocresía galopante y desmemoria repentina.

Para muestra basta con echar un vistazo a las recientes declaraciones de ese bronceado fracaso ambulante y eterno candidato a presidente de la Junta de Andalucía, el ínclito, recién enlucido, muy señoritil y casi siempre peripatético Javier Arenas, en relación con los nuevos presupuestos del gobierno andaluz:


A la vista de lo anterior, se me ocurren varias preguntas:

a) ¿Dónde ha estado Arenas en los últimos cinco años?

b) ¿Lee Arenas el BOE? ¿Escucha alguna vez a su líder (o lo que sea) Mariano Rajoy?

c) ¿Saludaría con alborozo Arenas un presupuesto con un fuerte gasto social y más inversión? ¿También Rajoy?


La ultraderecha se enfadó mucho cuando el PP no ganó por mayoría absoluta, como habían previsto las encuestas, las últimas elecciones en Andalucía, motejando de estúpido, inculto, servil, pedigüeño y otras lindezas similares al pueblo andaluz. Un pueblo que, por si tuviera poco con aguantar a sus propios idiotas locales que le gobiernan y hacen todo lo posible por robarle -costumbre esa del robo que, con diferentes denominaciones, comparten los jerifaltes de todas las regiones de esta nuestra hispania-, tiene que soportar los insultos de los imbéciles foráneos que aspiran a decirle lo que tiene que hacer.

Yo, en cambio, cada vez tengo más claro que los andaluces, que, digan lo que digan por ahí, saben lo que se traen entre manos y conocen de primera mano el percal de sus candidatos, no es que se equivoquen, sino que eligen sistemáticamente a los malos y a los peores antes que a los mucho peores.

Y es que no puede haber nada mucho peor que Arenas.

PD. Yo no soy andaluz pero me encantaría serlo durante un buen rato para darme el gustazo de echarme a la cara a Federico Jiménez Losantos y otros cuantos personajes de esa ralea que merodean habitualmente por los procelosos lodazales de Intereconomía e invitarles cordialmente a  que repitieran, mirándome a los ojos, alguna de las cositas que, en la seguridad de sus bien guarecidos estudios radiofónicos y televisivos, han dicho del pueblo andaluz. A ver si hay huevos, que dicen en mi pueblo.

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