El (vice) ministerio de la felicidad (suprema)


Siempre creí que algún día Maduro superaría a Chaves, pero he de recocer que a estas alturas de la película todas mis previsiones han quedado ya tan desfasadas como las del gobierno de Zapatero: lo ha superado y dejado atrás y no conforme con eso se aleja de él a una velocidad creciente. Más pronto que tarde lo perderá de vista y acabará por alcanzar lo más profundo del vastísimo páramo de la majadería política, un lugar en el que muy pocos (si acaso Aznar o Berlusconi) han osado adentrarse.

Lo irónico del asunto es que, a día de hoy, para muchos venezolanos la felicidad consiste en tener papel para limpiarse el culo, porque los suministros oficiales del género no alcanzan para tanto trasero. En eso el comunismo es altamente consistente: los suministros nunca alcanzan, salvo a los más cercanos al régimen y, por supuesto, a los gerifaltes del cotarro, que siempre son iguales que los demás, pero un poquito más iguales.

PD. Para que no se sienta solo a Maduro le acompaña en ese viaje por el surrealismo y el humorismo involuntario el PP, que con tal de manifestarse y hacer el paripé, que es lo suyo, se manifiesta ya hasta contra sí mismo. A no mucho tardar estoy seguro acabaré viendo con estos mis ojos (que tanto se desgarran con la contemplación de la actualidad política) a algún Ministro pedir, a gritos y detrás de una pancarta, la dimisión del Presidente del Gobierno.

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