Piezas
Me gusta la fotografía porque me recuerda que los momentos intrascendentes importan: una pared de adobe iluminada por un rayo de luz que se filtra entre las tablas de madera del tejado, el reflejo de un rostro en la ventana de un tranvía renqueante, el mar amarillo de una plantación de colza que desafía la línea del horizonte en tierras zamoranas, el viejo portón de una casa que un día se abrió por última vez, el cielo de un mañana cualquiera, casi gris, casi ceniza, el aire de desolación de una habitación vacía o de una fábrica abandonada, el lento fragmentarse de la tarde hasta convertirse en sombra, una caja de cartón que sonríe asomada a la boca de un contenedor o las arrugas de nuestro rostro, conquistadas una a una en miles de naufragios. Mínúsculas indicaciones azarosas en un mapa sin puntos cardinales, piezas de un puzzle que empezamos a intuir que no nos será dado completar.
Echo de menos un post tuyo, de esos llenos de sensatez, sobre la deriva nacionalista de estos días.
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