Profesionales



Hay varias cosas que me emocionan de este vídeo. La primera de ellas es la profesionalidad. Cuanto mayor me hago, más consciente soy de lo relevante que es, en todos los órdenes de la vida, rodearse de gente capaz de hacer bien su trabajo, sea el que sea. Las personas chapuceras, los malos trabajadores y lo escaqueados profesionales me producen una desconfianza instintiva, como si su conducta laboral fuera sólo un síntoma de una enfermedad más vasta que abarcara todos los ámbitos de su vida. 

No conozco ni un sólo caso en el que detrás de un mal profesional se esconda una buena persona: se esconderá, a lo sumo y con mucha suerte, un memo o un idiota. Esos tres payasos sonríen porque ese es su trabajo, sonreír para hacer reír, pero es obvio que la inesperada muerte de Fofó les ha dejado vacíos por dentro. Pero son profesionales hasta el tuétano y por eso son capaces de explicarles a sus televidentes con una gran sonrisa que Fofó está en el cielo con los niños del cielo. Hacen lo que tienen que hacer y lo hacen estupendamente, incluso con el corazón quebrado. Pocas cosas me causan más admiración. 

La segunda es que los Payasos de la Tele eran, en muchas cosas, unos adelantados a su tiempo. En su discurso de despedida, al anunciar la siguiente temporada televisiva, se dirigen a los niños y las niñas y les dicen lo siguiente: "tenéis que volver a estudiar para que seáis unos hombres y unas mujeres del futuro muy preparadas, muy instruidas, porque eso es muy bueno para nuestro país". Preparadas e instruidas, tal como suena. Ese discurso era, en esa época, de una modernidad absoluta y en un mundo, el nuestro, en el que el problema del machismo sigue ahí, en la sección de sucesos de los telediarios y en muchas pequeñas miserias cotidianas, no está de más recordarlo.

Mucha gente ignora que antes de triunfar en nuestro país Gabi, Fofó y Miliki -herederos de una larga dinastía de payasos- tuvieron que emigrar a América a mediados de los años cuarenta. Allí se quedaron más de 25 años, haciendo televisión en Cuba, México, Argentina, Venezuela, Puerto Rico o Estados Unidos (en particular en Puerto Rico se les recuerda por un programa diario llamado El Show de las 5). En esta página web se puede repasar su interesantísima historia:


Su éxito no fue algo que ocurrió por casualidad: eran, amén de currantes, unos genios en lo suyo. Por eso hoy, más de treinta años después de que acabara su programa en Televisión Española, todos podemos tararear unas cuantas de sus canciones y guardamos alguna de sus improbables expresiones en la habitación más profunda de la memoria, el lugar en el que almacenamos aquellas cosas que -como el ordenador Hal 9000- al ser las primeras que aprendimos, serán las últimas que olvidemos cuando llegue el día, incierto pero seguro, en el que todo lo demás se adentre en la niebla para siempre.

Gracias por todo, payasos. 

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