Fieles
Se dicen los puros, los auténticos,
los barbudos estandartes de la verdadera fe. Son los fieles y los
reconoceréis porque en sus ojos arde un fuego gélido que no conoce la sonrisa y
porque anhelan en su piel el estigma del martirio. Se acuestan temprano porque
temen a la mujer y a la noche y son siervos de la perfección de un dios tenebroso
que está tan cerca del corazón como lo están los viejos y los nuevos traficantes
de esclavos o los individuos que ahorcan a sus galgos cuando ya no son lo
bastante rápidos.
Me gustaría deciros algunas
cosas. Para empezar que la vida es solo una marea más breve de lo que parece que
sube y sube sin cesar y va depositando herrumbre en todas las habitaciones y
que, además, no encierra gran misterio: si estamos siempre solos, mejor no
vivir solos, mejor buscar entre la bruma el cuerpo de alguien que te acompañe y
acariciarlo cada noche hasta que sientas que caer en el sueño ya no es como
deslizarse por un precipicio.
También os diría que dios no
existe y que de todos los dioses inexistentes el vuestro existe menos que
ninguno (si tal cosa fuera posible) porque un dios que no es amor no puede ser ni
presidente de escalera en una comunidad de vecinos. Sin amor no se entiende
nada y el que no entiende nada está solo aunque millones de fieles le recen
compulsiva y devotamente, así que si vuestro dios no fuera un artefacto de vuestra delirante y sádica imaginación ahora mismo estaría
tiritando de frío y buscando la forma de suicidarse en una habitación solitaria
de un motel de tercera con luces rojas de neón instalado en una modesta área
de servicio de la periferia de la eternidad.
No sois más que un trágico error
de la naturaleza y espero que la naturaleza haga lo que suele hace con
sus errores: depurarlos y suprimirlos. Ni siquiera os deseo la muerte, porque para
morir es menester haber vivido y si se observa con detalle la triste huella de vuestro
paso por este mundo es más que evidente que ese no es vuestro caso, pero lo que
si me gustaría, si no es mucho pedir, es que dejarais de joder al prójimo, atajo de cretinos.
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