Rectificación


Yo meto bastante la pata. Para empezar, porque siempre me he creído, en el fondo y no tan en el fondo, el más listo de la clase. Además me expreso mucho, en voz demasiado alta como buen asturiano y con pocos tapujos y eso me coloca siempre al borde mismo de acabar meando fuera del tiesto. Lo cierto es que tampoco me arrepiento demasiado. Si considero la situación de la humanidad en su conjunto no puedo decir que me este yendo mal del todo. Y tampoco hay que olvidar lo que me lo ahorro en úlceras estomacales y depresiones, que son algunos de los males que aquejan a la gente que todo se lo mete para dentro, hasta que un buen día el agujero que se les forma en la tripa acaba por implosionar y cogen una pistola y se lían a tiros con el empleado de una gasolinera y acaban siendo abatidos por un policía de paisano o, si se trata de Estados Unidos, por una monja que hacía la compra con un fusil de asalto. 

El otro día, por ejemplo, metí la pata. Al otorgar el premio a la mejor canción de 2019 me olvidé de esta maravilla de Ashley McBryde y como quien tiene boca se equivoca y como quien tiene un blog rectifica cuando toca (soy un poeta, está claro), ha llegado el momento de proclamar que, reunido en sesión plenaria integrada por el que esto suscribe, el jurado internacional del premio anual a la mejor canción que otorga en este blog (que es también suyo, amables lectores) ha decidido revisar su decisión inicial y hacer entrega del premio a la mejor canción del año 2019 a esta maravilla de Ashley McBryde, porque es de justicia reparar los errores y porque así tengo una ocasión que ni pintada para obsequiar con una peineta a todos los quejicas del universo, a todos los que carecen de fe en el prójimo y a todos los que andan por ahí al acecho, esperando a ver si se jode de una vez el Perú para alegrar un poco su mísera existencia con los males del prójimo.

Aprovecho la coyuntura para dedicar este premio a todas las mujeres del mundo que -le pese a quien le pese y me da igual cuanto le pese y cuan gravoso le resulte ese pesar- tienen más inteligencia, más valor y más fuerza que ninguna otra criatura del universo conocido y del universo por conocer. Y punto pelota.


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